jueves, 15 de diciembre de 2011

NAVIDAD ¿CONFORMISMO O REBELDÍA?


¿Tenemos derecho a sonreír estas Navidades, a adentrarnos en los grandes almacenes donde centenares de personas respiran algo aliviadas porque han conseguido un contrato de un mes para trabajar ocho horas por 600 euros antes de volver de nuevo al paro? ¿De adornar nuestras casas con árboles y bolas de colores cuando cada día familias enteras salen de las suyas para “acomodarse” en rincones oscuros de nuestras ciudades? ¿De comer hasta hartarnos para arrojar a la basura los restos que  otros rebuscarán para alimentarse?
Quizás volváis la cara asqueados, quizás penséis que soy un aguafiestas. Le escuché decir ayer a Joaquín Araujo en una maravillosa conferencia que sólo los pesimistas podrán cambiar el mundo porque reconocen que las cosas no están bien. Los que se conforman en medio de un ambiente, en estas fechas más que nunca, empalagoso y recubierto de lucecitas de colores, jamás harán nada por cambiar la realidad.  Es cierto, pero yo añadiría algo más: no basta con abrir los ojos y contemplar tanto dolor e injusticia sin disfraz, es preciso sentir desde muy dentro el motivo para actuar y la fuerza para hacerlo y esto es la auténtica Navidad: creer en esa Fuerza presente en nuestra compasión, en nuestra rebeldía y en nuestra lucha. Llamadlo como queráis, Fuerza Positiva, Amor, Dios. Jesús nacido en un pesebre, pero cuidado, que este pequeño niño se enfrentará sin miedo a los poderosos, se entregará a los olvidados de la tierra y dará su vida por ellos.
Sí, es Navidad, y podemos permitirnos sonreír, hacer regalos a nuestros seres queridos, celebrar la fiesta y compartir la mesa con ellos, adornar nuestras casas y brindar por una vida mejor para todos. Pero como el guerrero que se prepara para la batalla: mañana lucharemos por la auténtica Navidad. Por conseguir repartir dignidad a todos los hombres y mujeres, haciendo cada uno lo que pueda para ello. Repartir dignidad, la dignidad de los seres humanos, no limosnas. Repartir el trabajo, para que todos se sientan orgullosos del pan que comen, aunque este reparto suponga que los que hoy trabajan y los empresarios ganen algo menos, por ejemplo. O terminar con el sistema perverso de las deudas (ya he comentado en otra entrada mi admiración por el sistema de microcréditos de algunas ONG: las personas conservan su dignidad si en lugar de limosna se les ofrece un dinero para progresar que pueden devolverte porque no los aplastas con los intereses…) no soy experta en economía, pero tengo la certeza de que el sistema actual debe reconvertirse.
Feliz Navidad






2 comentarios:

  1. Feliz navidad para ti también Dolors y gracias por estar ahí.
    ¡Saludos!

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  2. Maravilloso comentario, Dolores!!! Un abrazo de todo corazón.

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