viernes, 27 de marzo de 2015

Algunas personas buenas

¿Es posible encontrarlas? ¿Es posible encontrarlas en política? Mi respuesta es sí, y me permito afirmarlo rotundamente porque las he encontrado.
Quiero en primer lugar aclarar lo que entiendo por personas buenas. No se trata ni mucho menos de personas perfectas: solo podemos apostar por una persona cuando descubrimos sus puntos débiles y a pesar de ello consideramos que sus fortalezas superan a sus debilidades. Por supuesto que no entiendo por personas buenas personas ingenuas, estúpidas o tontas. Esta es una falsa equivalencia por desgracia demasiado extendida.
Para mí, personas buenas son personas honestas, ancladas en una profunda y recta motivación, personas con ciertas capacidades y sobre todo con la capacidad de descubrir y poner en valor las capacidades de las demás personas. He encontrado personas así, y pienso que los insultos o descalificaciones que se puedan verter contra ellas no deben inquietarnos. La respuesta es la misma calidad humana de esas personas.
Si de alguien desconfiaría es de quien se me presentase como perfecta: o me está engañando, o lo que es peor se engaña a ella misma.
No existe el candidato o la candidata ideal, existe el equipo ideal, y eso supone la superación del ego individual y la capacidad de conformar un ego colectivo donde todos los individuos sean respetados en su diversidad y enriquezcan el colectivo con sus peculiaridades `por el bien común.
Esa es la nueva forma de hacer política, y en esos ámbito es fácil tropezarse con  personas buenas.
(Aclaración: personas buenas las podemos encontrar en todas partes, afirmar lo contrario sería maniqueísmo; pero hay "tierras comunales" donde florecen con más facilidad las buenas gentes).


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