viernes, 8 de enero de 2016

El recuerdo de aquella caricia agradecida inundó el horizonte.


Miel de acacias
Dolores Vendrell Guerrero 
Editorial Queimada.


"Al menos sí sé que he vuelto a sonreír sin sentirme culpable. Lo he aprendido en este largo año en el desierto, donde la desnudez del horizonte nos permite reconocer la verdadera medida de las cosas. Me quedé contemplando el pecho hermoso de la mujer que amamantaba a su criatura bajo la lona de piel de camello de su tienda, nos habían invitado a tomar el té aquella tarde, yo me había sentado con las mujeres. Y acudieron a mí otras imágenes perdidas: la mano de mi hija me acariciaba mientras yo la amamantaba, muy despacio, su mano me acariciaba el pecho y luego se alzaba hacia mi cara, y sus ojos, que estaban todavía aprendiendo a mirar, se volvían hacia mí con la gratitud asombrada de la inocencia, y se quedaba dormida en mi regazo, satisfecha y confiada. Al ocaso, subí a lo alto del montículo y estuve contemplando como el sol se sumergía silencioso tras las dunas, y el recuerdo de aquella caricia agradecida inundó el horizonte. Bastaba para llenar toda una vida".

Miel de acacias,de Dolores Vendrell Guerrero. Editorial Queimada.
Disponible en la librería Traficantes de sueños
C/ Duque de Alba, 13
28012 Madrid
Tf. 915320928
Metro Tirso de Molina
http://www.traficantes.net/
Disponible en Amazon y versión kindle

Imagen: thegrio.com


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