Escucho estos días dos conflictos aparentemente opuestos pero en el fondo semejantes. La raíz de ambos conflictos es la incapacidad de mirar "al otro" con aprecio y respeto, con curiosidad incluso por descubrir la riqueza que nos puede aportar desde su diferencia, con deseo de entendimiento y empatía.
Me atrevo a decir que este es el denominador común de todos los conflictos.
A lo largo de mi vida he acumulado una preciosa riqueza: encuentros con "otros", personas de otras culturas, de otras razas, de otras creencias, y el sentirme acogida por ellas con el mismo aprecio y cariño con el que yo las he acogido.
Hay que desmontar los conflictos, la espiral conflictiva que los engorda y que nos envenena, es necesario un "desarme" de agravios y desagravios.
Quiero compartir aquí algunos párrafos de un ensayo en el que llevo tiempo trabajando: "Punto de encuentro, más allá de los mitos":
"Jesús significa dignidad humana, hasta límites insospechados.
Para Jesús no existe “el otro”, no existen las barreras. Camina entre nosotras, camina entre pequeños y es uno de ellos. Es conmovedor leer como le acusan y reprochan por su proximidad con los que son considerados pecadores, proscritos. En la mirada de Jesús descubro su mensaje vital: somos uno, no existe el otro.
Jesús significa proximidad, por más que en su afán por divinizarlo la Iglesia haya tratado de alejarlo, de ocultarlo bajo el velo del misterio.
Es el infinito corazón maternal, para el que no hay hijos mejores o peores, todos son infinitamente amados.
Jesús no puede significar exclusión, menosprecio, odio o condena, de aquellos que eligen otro nombre, el que han recibido de otras tradiciones o de otras creencias, para nombrar el sentido de sus vidas".
Mi percepción de lo que significa la figura de Jesús me hace incomprensible los acontecimientos de estos días: el mensaje ampliamente difundido de la asociación católica "Haztoír" que hiere a las personas, especialmente niños y niñas que puedan tener orientación sexual LGTBI por un lado, y el espectáculo ganador de la Gala de Drag Queen del Carnaval de las Palmas de Gran Canarias, que hiere la sensibilidad de muchas personas para los que la Figura de María y Jesús tiene un profundo significado en sus vidas.
No pretendo atacar la libertad de expresión, simplemente quiero expresar mi opinión: yo no lo haría.
No es el camino para la convivencia pacífica.