Porque no parecen de este planeta nuestro, sentados ellos 8 en torno a una mesa, tan sonrientes. Mientras ellas, sus damas, pasean con sus elegantes bolsitos para llenar la agenda. Ni los otros, los de pesadas coronas y tiaras (¿eso sigue existiendo, en nuestro siglo XXI?) de oro y piedras preciosas arrancadas de la tierra a no se sabe cuántas lágrimas, con olor a naftalina sus estolas de armiño. Y se organiza un gran revuelo por la ausencia de una de las regias invitadas al cumpleaños de la anciana reina, como si así pudieran distraer el hambre, el miedo, la desesperación y la humillación de los simples habitantes de nuestra tierra. Pasmados estamos ante tanto esperpento, y casi preferimos imaginar que no son de nuestra especie, sino extrañas criaturas (¿recordáis aquella serie de lagartos comedores de serpientes disfrazados de humanos?) extraterrestres caídos de un planeta enemigo.
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Imagen:www.pensarentelevision.com
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