domingo, 26 de agosto de 2012

GORDILLO, CAÑAMERO, JESUSCRISTO, GANDHI Y EL PEREJIL.

Leí una de las críticas más mordaces contra Sánchez Gordillo y su movimiento reivindicativo de estos últimos días en un artículo del escritor Juan Manuel de Prada (me gusta leer sus artículos porque me estimulan para buscar argumentos en contra). Terminaba criticando con ironía la alusión a Jesucristo por parte del alcalde de Marinaleda, y la mención a Ghandi, como si se tratase del perejil apto para todas las salsas.
            Pienso que son discutibles los procedimientos empleados por Sánchez Gordillo, Diego Cañamero y el SAT, como los asaltos a supermercados y fincas privadas. El tono mesiánico de estas manifestaciones, y el seguimiento de un líder hasta esos extremos no parece acorde con el deseo actual de muchos de una renovación de la democracia, como piden el 15 M o nuevos partidos políticos que pretenden una estructura horizontal y un trabajo de equipo.
Realmente la situación es angustiosa para muchos y la tarea a la que nos enfrentamos enorme. Un país que abandona la investigación, la innovación, con sus tierras y su agricultura abandonadas, con sus montes arrasados por los incendios, y ganaderos y agricultores arrojados a la ruina, donde aún existen latifundios y tierras cercadas sin cultivar, con millones de parados y personas al borde de la exclusión, en un país así claro que debemos levantarnos y unirnos. Y con generosidad (todos tenemos algo que dar, que aportar) ponernos a la tarea de cambiar las cosas. No creo que necesitemos un Robin Hood sino equipos de gente dispuestas a dar lo mejor que tengan para mejorar la situación.
Todos somos necesarios, todos tenemos un lugar en este cambio: no hay una línea que separe a los buenos de los malos; no podemos caer en el lamentable error de regímenes que condenaban a personas de manos blancas y con gafas por considerarlos enemigos del pueblo, de los trabajadores; ni el de aquellos otros que menospreciaban a los artesanos y obreros como si fueran seres inferiores, siervos y esclavos. Todos somos personas, todos tenemos una tarea que cumplir, todos compartimos la misma dignidad: la dignidad de los seres humanos. Hay que acabar con modelos caducos, con enfrentamientos que nos paralizan. Hay que despertar la conciencia colectiva para inventar el futuro.
Pero de todas formas, no estoy de acuerdo con la crítica de Juan Manuel de Prada a Sánchez Gordillo por su mención a Jesucristo y a Ghandi. Porque lo que sí considero como muy positivo en todo el movimiento liderado por el alcalde de Marinaleda es la llamada de atención que nos coloca contra las cuerdas mientras nos pregunta implícitamente:
“Y tú ¿de que lado estás?”
Y sí, aquí apelar a Jesucristo, el maestro de la compasión y la fraternidad, y a Ghandi, el predicador de la no violencia, me parece de lo más coherente. Y no creo que ni Jesús ni Ghandi sean el perejil de todas las salsas, sino la sal de la tierra.

imagen:buenasiembra.blogspot.com

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