Me viene a la mente las palabras de Vicente Ferrer: no se trata de explicar la pobreza sino de remediarla.
Sobran discursos, promesas, proyectos; lo que hace falta es ponernos en marcha, con los pies en el suelo, sin miedo a ensuciarnos de tierra ni a doblar la espalda en la labor. Pero al mismo tiempo es imprescindible enraizar nuestra acción en lo más profundo de nuestro ser para que nuestros actos superficiales no acaben secándose o dando frutos amargos. Que la fuente que alimente nuestros actos sea el AMOR.
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Ser parte de la Utopía
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