Hay hombres y mujeres que justifican la existencia del ser humano, a pesar de todo. Hombres y mujeres cuya trayectoria vital ilumina a los que aún estamos de camino. Sonrisas de ancianos que sólo un corazón integro puede hacer florecer. Vivió y murió un hombre bueno y auténtico que transmitía paz y alegría, un guía y un ejemplo de honestidad Así ha sido la vida de Mandela. Nos mostró la verdadera fuerza, la que nos hace crecer y vivir, resistir y vencer sin violencia , con el coraje obstinado del que no teme porque cuenta con la fuerza de la razón y la palabra. Tanto tiempo encarcelado sin que el rencor encadenase su corazón,y así nos enseñó que nos pueden encarcelar, nos pueden matar (todos moriremos)pero algunos pasarán como hombres de paz y su ejemplo siempre fortalecerá nuestras conciencias. Siento vergüenza al oír alabanzas a Mandela en boca de aquellos que debieran sonrojarse ante su recuerdo, aquellos que lo alaban pero al mismo tiempo intentan acallar a los que como Mandela siguen luchando por un mundo más justo, en el que ningún ser humano esté por encima de otros. Gracias, Madiba, por el regalo de tu existencia.
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