Ya no es la voz de su Dama lo que le conmueve. Es la voz de una mujer. “Ayudadnos” termina diciendo. Detrás de su voz la voz de muchos otros, hombres, mujeres, ancianos, niños. El Caballero Negro los oprime con su mano de hierro, él es poderoso, ellos no cuentan nada.
Pero he aquí que cabalga de nuevo a lomos de su Rocinante, lanza en ristre.
_ ¿Qué locura es esta, amigo?
_ Tengo que salir al rescate de los oprimidos.
_ Amigo, no son más que molinos de viento.
Y así sigue la voz sensata del escudero. Pobres y desgraciados, los habrá siempre. Ni tú ni nadie conseguirá que no los haya. ¡Iluso! El paraíso, nunca conseguiréis construirlo en esta tierra.
Don Quijote medita. Porque meditar es lo suyo, y luego es el salir por los caminos. ¿Tendrá razón su escudero? ¿Habrá que conformarse? Cierto es que el paraíso aún no se ha visto en esta tierra…¡Ah, pero el infierno! Ese sí que existe en este mundo.
_ ¡Vamos, Sancho, que un largo camino nos espera!
_ ¿A construir el paraíso? Pero…
_ ¡A acondicionar el infierno, para que sea más habitable para nuestros hijos y nuestros nietos!
Mientras esperas el paraíso, aquí o en el más allá, no te estés quieto, no pases de largo ante el que te pide ayuda, aquí, en esta tierra nuestra.
(Te lo dije, amigo Sancho hace años, y hoy te lo repito: hay que romper una lanza por los refugiados que huyen de la locura de la guerra y la pobreza)
Hoy concentración en Madrid, puerta del Sol a las 18:00 h, y en otras muchas ciudades: por las personas refugiadas.
(Te lo dije, amigo Sancho hace años, y hoy te lo repito: hay que romper una lanza por los refugiados que huyen de la locura de la guerra y la pobreza)
Hoy concentración en Madrid, puerta del Sol a las 18:00 h, y en otras muchas ciudades: por las personas refugiadas.
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