No quiero llamarte extranjera, mi tierra es tu tierra, la misma vida nos sustenta a todas. Es un duro camino la vida, la tierra tiembla, los vientos y el agua nos azotan, y lloramos a nuestros muertos y nuestros hogares destruidos.
No quiero construir muros, ni bombas que me hagan sentir más fuerte que tú, que me hagan pensar que puedo destruirte, aniquilar toda tu tierra. Quiero construir puentes, hogares seguros que nos acojan, labrar la tierra para que todos tengamos alimentos, acompañar a los más débiles y disfrutar de cada instante juntas.
Ellos, los que tienen el poder, se creen dioses, dioses ridículos que rompen la fraternidad y la solidaridad entre nosotras. Son pura farsa.
Somos responsable de nuestra rosa, construyamos vida entre todas.
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