A lo largo de mi vida me he alimentado de la sabiduría de personas que me han inspirado a través de los libros y de la historia, y de personas con las que he compartido mi tiempo.
En este ensayo comparto lo que he recibido. No está concluido, pienso que todo está por terminar. Así lo presento: los pensamientos son libres, son de todas. Vuelan, se posan, se transforman, se multiplican. Alivian, consuelan, inquietan, remueven los sentimientos o los apaciguan. Impulsan nuestras acciones. Como lo recibí lo entrego. Sencillamente.
"PUNTO DE ENCUENTRO, MÁS ALLÁ DE LOS MITOS" Editorial manuscritos.
Disponible en:
http://www.machadolibros.com/libro/punto-de-encuentro-mas-alla-de-los-mitos_551474
En este ensayo comparto lo que he recibido. No está concluido, pienso que todo está por terminar. Así lo presento: los pensamientos son libres, son de todas. Vuelan, se posan, se transforman, se multiplican. Alivian, consuelan, inquietan, remueven los sentimientos o los apaciguan. Impulsan nuestras acciones. Como lo recibí lo entrego. Sencillamente.
"PUNTO DE ENCUENTRO, MÁS ALLÁ DE LOS MITOS" Editorial manuscritos.
Disponible en:
http://www.machadolibros.com/libro/punto-de-encuentro-mas-alla-de-los-mitos_551474
Todas las personas nos hacemos
preguntas, la vida no siempre es fácil, muchas veces es dura y
dolorosa, insoportable. Buscamos respuestas y sentido a nuestras vidas, a todo
lo que nos rodea, y las encontramos en nuestra
cultura, en sus creencias, en sus mitos; la buscamos a lo largo de la vida, a
través de nuestras vivencias y experiencias. En este breve ensayo comparto mi
búsqueda y las respuestas que encuentro, que intuyo; no se trata de certezas
sino de búsqueda
Entre los acontecimientos y experiencias
de los últimos años, el anillo me ha
ayudado mucho en mi búsqueda de sentido. Os hablo de él en el primer capítulo. Es la historia de un
anillo, al que he llamado el anillo del círculo infinito. Cuento como su magia
se apoderó de mí, o más bien como proyecté las ancestrales creencias en la
magia en él. Había creado un mito, aunque personal y doméstico. Soy consciente de lo intrascendente que puede resultar esta historia, sin embargo me ha ayudado a encontrar
respuestas y deseo compartirla.
A partir de esa historia, reflexiono sobre el significado de los mitos. Cada grupo humano, e incluso cada
persona, busca y encuentra su propio anillo
para transformarlo en mito, sustento y alivio en el transcurrir existencial. El
anillo es con frecuencia secuestrado
y utilizado para la división y enfrentamiento entre individuos y grupos,
convertido en instrumento de poder en manos de los tiranos. Sin embargo, más allá de todas estas perversiones, llego a
la conclusión de que hay un punto de encuentro más allá de todos los mitos, y
es ese punto de encuentro hacia donde deberíamos encaminarnos. A superar el
enfrentamiento con “los otros”, a la unidad.
Mi experiencia con el anillo me ha
ayudado a comprender mejor el significado de los mitos. Nuestra naturaleza
humana, racional y al mismo tiempo imaginativa, emocional, creativa, hace que
los necesitemos y los creemos, y que nos agarremos a ellos con fuerza.
Puedo reconocer el valor de los mitos y la necesidad que tenemos de ellos,
puedo respetarlos, pero siento la necesidad de señalar el peligro que pueden
implicar: el dogmatismo, el fanatismo, la intolerancia. El dogmatismo y el
pensamiento único toman muchas caras, a veces incluso rostros que se enfrentan
como los mayores enemigos, pero tienen un elemento esencial común: la estrechez
de miras que lleva hasta la ceguera. La cruz, la media luna, la estrella roja son
muchas veces exponentes de este dogmatismo. La visión distorsionada que nos
hace creernos únicos poseedores de la verdad y la bondad, se transforma en
ceguera y rechazo del otro. Pero la
verdad y la bondad son patrimonio de la Humanidad, de todas y cada una de las
personas que asimilarán y personalizarán esa verdad según sus propios rasgos
individuales o culturales.
En nuestra búsqueda de sentido, podemos encontrarnos con la duda, con el
absurdo: es otra opción. En el fondo, se trata de elegir: lo expreso en estos
párrafos:
"¿Y
si el Universo fuese una fuerza ciega, la armonía de los números sin música ni
poesía, sin el estremecimiento de los sentimientos? ¿Y si yo no fuera más que el más pequeño de los átomos que esta fuerza ciega
arrolla en su flujo? ¿Y si el dolor, las lágrimas y la muerte no fueran otra
cosa que un minúsculo punto oscuro prescindible en la explosión de la
Existencia? El asombro ante la magnitud de la Existencia puede despertar en
nosotras estas preguntas, y podríamos optar por la respuesta del absurdo y la
negación, de la oscuridad desesperanzada. ¿Dónde encontrar un atisbo de luz,
una razón para la afirmación y la esperanza? Podemos encontrarla en nuestro
interior, desnudo, en nuestro propio ser. Si podemos descubrir que somos
capaces de Amar, ese pequeño núcleo de luz y esperanza nos descubre la mayor
fuerza transformadora de la Existencia. Descubrirlo y gestarlo en nuestro
interior por un acto positivo de nuestra voluntad, y darlo a luz con cada una
de nuestras acciones.
Puedo
preguntarme si le soy indiferente al Universo, pero la pregunta que debo
hacerme es si me es indiferente el Universo, el Otro-no-yo. Si no me es
indiferente, por la ley de la reciprocidad puedo soñar que tampoco yo le soy
indiferente."
- En los siguientes capítulos hablo de espiritualidad, de religión, de
mitos; de economía, de educación, porque la realidad se constituye no de
espacios paralelos sino de planos que se cruzan, confluyen... De la concepción
del propio yo, del mundo y de la transcendencia, depende el sistema social y
económico que construyamos.
Todo se reduce a la elección de patrón
de pensamiento y actitud que determina la conducta a todos los niveles: la
elección del patrón “soy el centro”, domino y poseo a los otros, o “soy parte del
círculo infinito”, nos cuidamos unas a otras y compartimos.
- Este ensayo es una invitación a la
acción. Nos hacemos preguntas, encontramos
respuestas y fabricamos nuestros mitos. Damos el salto, y pasamos a la acción.
A actuar según nuestras respuestas, si queremos ser coherentes. “Sé tú el
cambio que quieres ver en el mundo” (Gandhi)
Para este cambio tenemos que empezar por
dominar a nuestros propios dragones. A veces hacemos planteamientos muy
simples: los malos son los otros, los otros son los dragones.
A estas alturas me he
dado cuenta de que "yo" no voy a cambiar el mundo. La verdad es que
me quito un peso de encima. No soy el centro, ni la piedra angular, soy una
entre infinitas personas. También me he dado cuenta de que, lo quiera o no, soy
una ínfima parte de ese cambio. Soy parte. "Los sueños dejan
de ser sueños cuando son soñados por muchos que empiezan a moverse en una misma
dirección. Esto está ocurriendo ya"
-
Ese punto de encuentro, más allá de los
mitos, implica ponerse en marcha hacia
la paz, la libertad, la igualdad, hacia un mundo más fraternal, donde las
relación entre las personas a todos los niveles sea de cuidados y cooperación,
no de poder y utilización, donde se respete la dignidad de todas las personas. Podemos preguntarnos si esta meta es una
ilusión, una Utopía: La paz, la
democracia, la libertad, la igualdad. Y la fraternidad, por supuesto. Metas no
alcanzadas, quizás inalcanzables para cada una de nosotras, pero destino
irrenunciable de todas nosotras. Sé que no las alcanzaré, pero sé que no puedo
renunciar a ellas, que debo ser parte de este camino.
“La paz
es el camino” (Gandhi)
“La
utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el
horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía?
Para eso, sirve para caminar” (Eduardo Galeano).
Junto a
la aceptación de la Utopía, el compromiso y la resistencia.
-
Y
como síntesis de este caminar hacia la Utopia, la evolución.
La razón y la palabra son nuestras mejores señas de identidad: somos
capaces de razonar, hablar, escuchar, contrastar, y entendernos,
compartiendo la parte de verdad que cada persona descubre; somos capaces de
sentir con los otros, de empatizar, de cuidar del bien común: esa es nuestra
fuerza, no nuestra debilidad.
Sobrevivir dignamente como humanos presupone que estas facetas positivas de
nuestra naturaleza se desarrollen, que evolucionemos y dejemos atrás la
naturaleza depredadora e irracional primitiva.
El mundo está cambiando a velocidad
vertiginosa, la IA está ya aquí y esta revolución es mucho más profunda que la
revolución industrial. Cada avance técnico requiere un avance ético.
Creerse el centro del
círculo, acumular riqueza y poder en detrimento del bien común, desgajarse de
los otros, nos convierte en el ojo del huracán con efectos devastadores para la
comunidad humana, para el planeta y para nosotras mismas. Las consecuencias de
la visión distorsionada de la realidad son especialmente nefastas en el ámbito
de la economía y la política. De nada nos servirá ganar el mundo entero si
perdemos nuestra humanidad, la última etapa de la evolución de las especies.
Termino con los
últimos párrafos de mi ensayo:
Sentí…”que toda
nuestra efímera existencia se transformaba en un impulso vital hacia ese punto
de encuentro, la casa común, hacia ese abrazo con todo, que se traduce en
acciones llenas de comprensión y compasión por todo lo que existe.
No se trata de una certeza, se trata de un acto decidido de voluntad, una
opción positiva, aun en medio de la oscuridad. Elijo ser feliz, aceptando vivir
en armonía con lo que descubro en mi conciencia: consciente finalmente de mi
profunda ignorancia, decido dejarme arrastrar por ese impulso vital que me
empuja y levanta a través de la oscuridad hacia el punto de encuentro, más allá
de los mitos y los sueños”.
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