Se unen, caminan por las calles, alzan sus manos, alzan sus voces. Y suenan las alarmas: ¡la mano negra! Sí, afirman, hay una mano negra que los mueve, a esos hombres y mujeres, a esos muchachos. Y la buscan, aquí y allá, a esa terrible mano negra, omnipresente y todopoderosa. Porque ellos, los que caminan por las calles, no pueden ser otra cosa más que marionetas.
Me he acercado a algunos de ellos, a esos “perroflautas”. No son tales, son personas. Jóvenes, sí, pero no marionetas. Simplemente creen, en ellos mismos y en los demás, y creen que pueden hacer algo unidos. Esa es la diferencia: creer que las personas son puras marionetas manejables o creer en su dignidad, en su conciencia colectiva, en su empatía. Se las podrá empujar, condicionar, no lo niego, pero si miramos con atención dentro de sus pupilas veremos que en el fondo hay algo que se mueve, libre como el viento.
Hay hombres así, espíritus libres. Los hay y los ha habido a lo largo de la Historia de la Humanidad. Nadie puede comprarlos, ni esclavizarlos. Enfurecen a los titiriteros, que los encarcelan y encadenan, pero ellos se trasforman en agua, en viento que escapa, en la luz que devuelve la dignidad al ser humano. Así fue Jesús de Nazaret, así sigue siendo para muchos por más que hayan intentado secuestrarlo a lo largo de los siglos unos y otros: los que lo consideran un enemigo y aquellos que lo proclaman su Dios. Pero nadie lo consigue, él es la libertad del espíritu, es el amor que une los corazones de los hombres, les devuelve su dignidad y su fuerza. Ahora sé que Dios es ese amor_ no puede dejar de decir quien lo conoce. Sé como yo, vive como yo_ es su respuesta.
No será fácil, nunca. Pero al final de toda prueba estará siempre el renacer de la primavera, la libertad de los hijos de Dios.
Imagen: www.anaisan.blogspot.com
cuantos mal llamados perroflautas hay, perosnas que apuestan por la ilusion, por cambiar el mundo. Me apunto
ResponderEliminarsimplmente: GENIAL
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