De nuevo la sabiduría de los seis años me ayuda a comprender la realidad. En este caso, la realidad política.
Le comento un caso en el que me interesé por una persona en apuros (no es ahora el momento de entrar en detalles).
_ Claro_ me comenta_ como estás en EQUO, por supuesto que te vas a preocupar por los demás.
Y llevo toda la mañana perpleja, reflexionando sobre su comentario. Sabe de mi compromiso con EQUO no porque le haya dado un mitin, sino porque lo observa todo ( nada es más sensible que las antenas de los niños) y ha llegado a la conclusión de que EQUO significa eso: preocuparse por los demás, comprometerse. No sabe que es un partido político, ni sabe que la palabra política proviene del griego (polis,ciudad) y que el político es aquel o aquella que se ocupa de las cosas de la ciudad, del bien común. Y me quedo pensando un momento en nuestra enorme responsabilidad de no desvirtuar el ejercicio de la política, de modo que cualquier niño, o cualquier ciudadano, identifique su ejercicio con el compromiso por el bien común.
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