domingo, 2 de octubre de 2011

15 OCTUBRE, 20 NOVIEMBRE

Me entero por las redes sociales de la convocatoria de una manifestación global el 15 de Octubre. Los pueblos de toda la tierra convocados a salir a las calles para que se oiga su voz. Y me considero yo también convocada, invitada a unirme a esta nueva marcha, porque soy un ser humano y me siento hermanada con todos los hombres y mujeres de todos los pueblos. Me siento llena de esperanza, y también de temor. De esperanza, porque todo es posible cuando se cree en un ideal. De temor, porque cuánto más hermoso sea el ideal, más feroz será la oposición y los obstáculos que encontrará.
El tiempo me ha hecho comprender que el principal enemigo está dentro de cada uno. El hombre puede ser un lobo para el hombre, el lobo acecha en cada una de nuestras conciencias. Si nos sentimos amenazados, atacados, respondemos con violencia. Por eso la esperanza de un orden nuevo, el orden en el que la razón domestique al lobo para hacer realidad el ideal de libertad, igualdad y fraternidad, esa esperanza no esta libre de temor.
Una marcha pacífica, una lucha pacífica, requiere una fortaleza casi sobrehumana. Porque los que se sienten señalados por la protesta no la tolerarán indefinidamente. De hecho, vemos estas protestas reprimidas violentamente en Siria, o en Yemen. O incluso en Europa la represión de estos movimientos se está endureciendo. Y en Libia, se ha desatado una guerra civil con centenares de muertos. La impaciencia y la desesperación pueden despertar al lobo, ya se oyen voces que no ven otra salida, es necesario el dolor, la sangre tiene que derramarse para cambiar el orden establecido, dicen. Es la voz del lobo, el lobo acorralado, hambriento, humillado. Pero existe otra voz: la voz de la razón y la voluntad inquebrantable, la voz de la memoria de todos los horrores y padecimientos de la Humanidad, de la muerte de tantos inocentes, de las guerras fraticidas interminables, la voz que grita “¡Basta ya!”. Por que soy un ser humano.
Por todo esto, estaré en la calle el 15 de Octubre. Pero el 20 de noviembre votaré en mi país. Busco los programas de los distintos partidos, busco gente nueva con ganas de cambiar las cosas desde dentro, que se esfuerzan por encontrar un puesto en el vientre de la bestia para cambiar la realidad política. Me pongo en contacto con ellos, busco las plazas donde recogen avales. El sistema económico mundial es un mecanismo extremadamente delicado y frágil, una bomba de relojería. Me pregunto si la bomba está ya activada y la cuenta atrás ha comenzado, pero de todos modos pienso que es preciso desactivarla con extremo cuidado. Hay que conocer muy bien los engranajes para anular su potencial destructor, incluso para aprovechar y reciclar los elementos que puedan servir. Y para ello es necesario entrar en la ciudadela.
Hay demasiado en juego para permanecer como mero espectador, hay demasiado en juego para desesperar de la capacidad del ser humano para recrear un orden más justo, más humano. Hay demasiado en juego para sucumbir a las exigencias del lobo dormido.

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