Dice el maestro budista que todo lo que existe tiene una finalidad bondadosa, desde la más diminuta flor, o el pequeño insecto, o las inmensas galaxias. Pero hoy nos conmovemos ante la noticia de los tres pequeños asesinados a las puertas de su colegio en Toulouse, y nos preguntamos cómo es posible tanta crueldad.
Dice el Talmud que Dios recoge todas nuestras lágrimas. Y todas las gotas de sangre inocente. Nada se pierde, y ante los pequeños cuerpos abatidos recuperamos la conciencia y nos inclinamos con devoción. Nos unimos a sus familias, a los padres y hermanos destrozados, a los amigos, a los otros niños compañeros de colegio, al pueblo, a todos los pueblos del mundo. Nos unimos a ellos, y sentimos la fuerza renovada para mantenernos firmes en la esperanza y en la lucha contra la locura y el fanatismo. Por un mundo distinto, amable con nuestros niños, donde puedan jugar felices en nuestras calles sin temor. Un mundo fraternal, hermanos, judíos, musulmanes, cristianos, o simplemente creyentes en el ser humano y en su bondad. La bondad que es el objetivo de toda existencia.
Nos conmovemos, conscientes una vez más de la existencia del mal, de la crueldad, de la locura, como un agujero negro que nos acecha. Y una vez más, nos agarramos con fuerza al recuerdo de tantos inocentes, de su dolor y de sus lágrimas, y en nombre suyo seguimos caminando con coraje renovado. Que jamás nos encuentre la vida del otro lado, del de los verdugos o los indiferentes.
Imagen:www.elblogdejaviercaraballo.blogspot.com
alcorverde.blogspot.com
Imagen:www.elblogdejaviercaraballo.blogspot.com
alcorverde.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario