No me
cansaré de repetir que la risa es una de los mejores rasgos del ser humano.
Reír, con los amigos y las amigas, reír y desdramatizar lo que supone vivir,
reírse de una misma si es preciso. Pero jamás reírse de los otros, de sus
debilidades, defectos o sufrimiento.
Nos
han educado para la crueldad, han castrado nuestros sentimientos positivos y
nos han hecho creer que la bondad, la empatía, el diálogo y la fuerza de la
razón son debilidades, cuando es lo mejor de nuestra esencia.
Pienso
en las lacras de nuestra sociedad: la falta de respeto a la vida, no me voy a
extender, solo revivo las imágenes del pueblo sirio. O las víctimas también
inocentes, no lo olvidemos, del terrorismo de cualquier signo. O la pena de
muerte que se mantiene en tantos países todavía. Pienso en el machismo que nos
corrompe y humilla, maltrata y asesina a tantas mujeres. En todas las
violencias, en todos los abusos que se cometen. Y me indigna cualquier mofa que
se haga sobre ello. No me vale ninguna excusa.
Pienso
en otra gran lacra de nuestra sociedad. El acoso escolar. Del sufrimiento de esos
niñas y niños no son responsables únicamente de los matones o graciosos de
turno, también los que callan y los que les ríen las gracias.
Hago
estas reflexiones a raíz de lo ocurrido en los Carnavales de Madrid con un espectáculo
de Títeres. El espectáculo no me hace ninguna gracia, lo considero una ofensa
para muchas personas, y de ningún modo debería hacerse delante de niños. No me
vale que hasta en los cuentos tradicionales se exalte la crueldad, o que los
niños están acostumbrados a contemplar cosas semejantes en la televisión o en
la realidad.
Las
personas en las que hemos depositado nuestra confianza para que velen por el
bien común de la ciudad deberían expresar claramente su repulsa a este espectáculo.
Por
otro lado, la reacción de la Justicia me deja igualmente conmocionada,
sencillamente porque me espanta que la Justicia no sea justa. Y la desproporción
con la que ha actuado lo demuestra. Hay violadores y pedófilos en libertad,
personas que no solo hacen apología del terrorismo sino que son responsables de
muertes de muchos inocentes: los que negocian con tráfico de armas y se lucran
de ello, los que dejan morir de hambre a los que huyen de las guerras y la
miseria; y mujeres que siguen siendo violadas, maltratadas y asesinadas sin que
se tomen las medidas necesarias. El ruido orquestado por el Partido Popular es
inadmisible.
Ante
todo esto siento tristeza y temor. Esto no es política, esto no es serio.
Y no
quiero que me roben la risa.
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