lunes, 8 de febrero de 2016

En nombre de la risa, por favor seamos serios: esto no es política.

No me cansaré de repetir que la risa es una de los mejores rasgos del ser humano. Reír, con los amigos y las amigas, reír y desdramatizar lo que supone vivir, reírse de una misma si es preciso. Pero jamás reírse de los otros, de sus debilidades, defectos o sufrimiento.
Nos han educado para la crueldad, han castrado nuestros sentimientos positivos y nos han hecho creer que la bondad, la empatía, el diálogo y la fuerza de la razón son debilidades, cuando es lo mejor de nuestra esencia.
Pienso en las lacras de nuestra sociedad: la falta de respeto a la vida, no me voy a extender, solo revivo las imágenes del pueblo sirio. O las víctimas también inocentes, no lo olvidemos, del terrorismo de cualquier signo. O la pena de muerte que se mantiene en tantos países todavía. Pienso en el machismo que nos corrompe y humilla, maltrata y asesina a tantas mujeres. En todas las violencias, en todos los abusos que se cometen. Y me indigna cualquier mofa que se haga sobre ello. No me vale ninguna excusa.
Pienso en otra gran lacra de nuestra sociedad. El acoso escolar. Del sufrimiento de esos niñas y niños no son responsables únicamente de los matones o graciosos de turno, también los que callan y los que les ríen las gracias.
Hago estas reflexiones a raíz de lo ocurrido en los Carnavales de Madrid con un espectáculo de Títeres. El espectáculo no me hace ninguna gracia, lo considero una ofensa para muchas personas, y de ningún modo debería hacerse delante de niños. No me vale que hasta en los cuentos tradicionales se exalte la crueldad, o que los niños están acostumbrados a contemplar cosas semejantes en la televisión o en la realidad.
Las personas en las que hemos depositado nuestra confianza para que velen por el bien común de la ciudad deberían expresar claramente su repulsa a este espectáculo.
Por otro lado, la reacción de la Justicia me deja igualmente conmocionada, sencillamente porque me espanta que la Justicia no sea justa. Y la desproporción con la que ha actuado lo demuestra. Hay violadores y pedófilos en libertad, personas que no solo hacen apología del terrorismo sino que son responsables de muertes de muchos inocentes: los que negocian con tráfico de armas y se lucran de ello, los que dejan morir de hambre a los que huyen de las guerras y la miseria; y mujeres que siguen siendo violadas, maltratadas y asesinadas sin que se tomen las medidas necesarias. El ruido orquestado por el Partido Popular es inadmisible.
Ante todo esto siento tristeza y temor. Esto no es política, esto no es serio.
Y no quiero que me roben la risa.



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