"Oscuridad y frío son conceptos que nos permiten aproximarnos a lo que el mal significa. Se me ocurre que existen otras dos realidades que pueden ayudarnos a mejor comprender usadas como metáforas: el ruido y la música.
Podríamos decir que cada uno de nosotros tiene su ruido y su música. La música es la esencia bondadosa de nuestra alma que nos funde en un abrazo con la armonía universal, es la nota irrepetible que se hermana con todos los seres para fundirse con el Ser Supremo. Pero al mismo tiempo cada uno puede despertar en su alma el ruido que ahogue la música. Lo hará con cada opción negativa, cuando deje brotar de sus entrañas la envidia o la ambición, el egoísmo, la pereza, la falsedad, la soberbia, la indiferencia, o el rencor, la crueldad y toda la posible maldad humana.
Cada uno conoce su propio ruido y su propia música. Sólo podemos ser jueces de nosotros mismos, y el ruido de los demás no nos debe turbar. Es nuestro propio ruido el que debemos temer y apagar, sin dejarnos envolver por el de los otros. Y es el don de nuestra música el más precioso que podemos ofrecer a los demás.
Caminamos en medio de un mundo ensordecedor, necesitamos de todo nuestro coraje para no dejarnos engañar por los espejismos ilusorios y para encontrar la nota irrepetible de nuestro ser por encima del ruido. "
La opción positiva
imagen:flamencoexport.com
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