La belleza cautiva. La belleza de los cristales, de los copos de nieve y del agua. Como la belleza de la música y de las palabras. El japonés Masaru Emoto despierta esa vena soñadora con su trabajo sobre los cristales del agua y su significado, cuando nos explica y nos muestra en sus reportajes y fotos la respuesta del agua a nuestros sentimientos, nuestras palabras y nuestras canciones.
Su trabajo es duramente criticado por la comunidad científica, que lo tacha de seudociencia. Incluso hay algunos que van más lejos y lo tildan de charlatán que se aprovecha del sueño místico de muchos para obtener beneficios económicos.
Tendremos que esperar a una verificación científica para saber si realmente el agua se transforma ante nuestros pensamientos positivos, ante nuestras palabras amables o la belleza de nuestra música. Lo que sí podemos constatar es que nosotros sí nos transformamos, sí nos sentimos felices cuando cultivamos estos sentimientos. Quizás los cristales del agua de Masaru Emoto no sean más que eso, poesía, una hermosa metáfora. Y la expectación que despierta su teoría una muestra de un sentimiento profundo del ser humano: el de comunicar con todos los seres, con el agua, con la tierra, con el Universo. Porque, sea o no cierta la teoría del buscador japonés, lo que si parece innegable es que somos parte de la Naturaleza, hermanos de la hierba y del lobo, de la luna y el sol, amasados con polvo de estrellas, una partícula más en el Universo.
Imagen.bibliotecadesvan.com
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Dolores soy Miguel, hace tiempo lei alguna cosa de Masaru y algunos experimentos que realizó con ARROZ dejando en algun monasterio Budista y por contra en una penitenciaria. No se si fue cientifico pero el arroz budista pasadas las semanas seguia fresco, el de la carcel no (porfa con todas las comillas posibles).
ResponderEliminarSolo decir que SOMOS AGUA y yo si me creo que nos influye la energia