Esta mañana, como otros días, he viajado en metro. Y como tantos otros días, el túnel se ha llenado de amabilidad. De nuevo se han levantado para cederme su asiento, una, dos, tres veces...en los diferentes trasbordos que he hecho. La mayoría mujeres jóvenes.
¿Será por mi cabello blanco? Y no puedo dejar de sonreír en todo el trayecto, por los años vividos, por tantos encuentros amables en mi camino, como los de hoy en el metro de Madrid.
En todo el trayecto de la vida, personas que ayudan a personas, con pequeños gestos o con acciones heroicas. Y sigo creyendo en las personas.
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